Parece que hay sectores más favorecidos que otros.

Mientras Mar del Plata se debate acerca de cuál será el futuro en sus próximas décadas, y pone en el centro de la escena el potencial de la industria de hidrocarburos mediante la extracción potencial de petróleo costa afuera (offshore) algunos miembros de esta comunidad se desviven por el presente y el cortoplacismo y apuestan a la inmediatez de industrias menos exigentes en materia de inversión como la de la cerveza artesanal.

No tenemos intereses en una u otra industria. Sólo las ganas de que a la ciudad le vaya bien. Que no es un interés menor, aunque sí es colectivo.

La industria del petróleo es duradera. Por lo menos, las inversiones así lo son. Requiere de mucho valor para tomar un importante riesgo, Poner cada dólar en el mar implica asumir un tiempo prudencial para desarrollar la actividad. Es apostar a varios años de trabajo ininterrumpido.

El empleo que se genera en el sector hidrocarburos requiere de recursos humanos capacitados, formados y aptos. Por eso los salarios también están muy por encima de la media de la masa salarial argentina. Alcanza con mirar lo que ocurre en la Patagonia en general y en sectores como Vaca Muerta en particular, donde los operarios ganan dos y hasta tres veces más que un trabajador promedio en actividad.

A contramano de eso, se nos impone desde el marketing y el estado de éxito líquido todo lo glamoroso que lucen los brillos de la industria cervecera. Que no es despreciable, nada de eso. Lo que no da es la talla para comparar una con otra.

En el sector gastronómico los salarios están por debajo de la media de la masa salarial nacional. Entonces, un empleados en una cervecería podría cobrar 4 veces menos que uno de una plataforma de la industria de petróleo offshore.

¿Cómo se traduce eso en una ciudad? En el dinero circulante, la capacidad de compra de los marplatenses, el caudal de ingresos vía pagos de impuestos que recibe el Estado, y hasta una diferente propensión al gasto por parte de la gente.

Y aquí va el tema: no se oyen voces políticas a favor de la industria del petróleo offshore, quienes quieren poner luz sobre los beneficios tienen que armar charlas y foros desde el sector privado o tercer sector, como instituciones empresariales o gremiales. A cambio, por todo lo alto, aparecen jornadas de trabajo acerca de la cerveza artesanal en espacios de debate como el Concejo Deliberante.

¿Qué les pasa a los políticos marplatenses con el tema? ¿No advierten que la ciudad no puede darse el lujo de perder el potencial enorme que tiene la industria petrolera? Si hasta la pesca, que podría ser uno de los principales opositores al desarrollo de la exploración costa afuera se ha mantenido distante, entendiendo que en otras partes del mundo conviven sin problemas ambas actividades económicas.

Es tiempo de madurar. Romper la cáscara de huevo y alumbrar una nueva ciudad. Con trabajo genuino y de calidad. Donde se de mérito al esfuerzo y la capacitación profesional. En la que cada uno sea reconocido por lo que hace en función del interés general. No se trata de ideologías. Se trata de entender por donde pasan las cosas. Que el desarrollo no se logra sin riesgos ni esfuerzos, y que una sociedad no progresa desde la frivolidad y el adormecimiento.

Matías Frati – Director
ADNempresario