El Gobierno parece que se siente demasiado cómodo en el conflicto.

La polémica por la maniobra para ganar más espacios en el Consejo de la Magistratura es solo una muestra de esto.

Con una inflación galopante, de niveles mensuales que cualquier país de Europa tendría en 1 año –ahora que allá la inflación está en alza, sino sería tres años por cada mes nuestro-, los funcionarios baten el parche de la "guerra contra la inflación" lanzado por el Presidente Alberto Fernández. Y no se les mueve ni un músculo ni se ponen colorados.

Todo cháchara, diría el ex senador catamarqueño Saadi. En los tiempos que corren, "saraza", según el ministro de Economía Martín Guzmán.

Buenos Aires está otra vez colapsada por las protestas. Los movimientos sociales cortan calles para reclamar contra los formadores de precios.

En el interior el campo hará una movilización el 23 de abril contra las políticas públicas del Gobierno. Incluye quejas por el cobro de retenciones y le suma el nuevo impuesto a la renta extraordinaria o inesperada.

Nadie, en su sano juicio, puede considerar a una ganancia como algo "inesperado". Es más, casi que es el sueño de cualquier empresario tener una rentabilidad superior a las expectativas. Por cualquier motivo.

En una pintura con esas pinceladas y otras tantas, la Argentina está atrapada entre las fotos en sepia del pasado y un presente crudo que la tiene anclada al fondo del lecho marino sin poder avanzar.

¿Es necesario todo esto, cuando el territorio nacional tiene los recursos naturales suficientes para poder generar riquezas de manera constante y permanente?

Con la capacidad cerebro intensiva o materia gris que todavía tenemos, porque las últimas generaciones de formación académica buena aún están en edad productiva, no podemos darnos el lujo de no seguir formando nuevos técnicos, trabajadores calificados, profesionales y dirigentes con visión de futuro.

Es ahora el momento de frenar. De bajar las expectativas sectoriales y ceder una parte en función del todo. Porque el todo es la Patria. Y la parte, cada uno sabe lo que es la parte.

Matías Frati – Director
ADNEMPRESARIO