En los últimos días se viralizó en las redes sociales un video donde un hombre, con una técnica muy simple de golpear una moneda en el centro usando martillo y una llave tubo, separaba la composición de los metales de la moneda de $ 2.

La razón es que la parte dorada de la misma, el cobre, se paga en el mercado chatarrero hasta $ 12 por cada virola. Sí, seis veces más de lo que representan la moneda nacional acuñada, y que alguna vez fue equivalente a dos dólares.

Más allá de lo absurdo que pueda parecer, el dato es concretamente desalentador: que el mercado chatarrero pague hasta 6 veces lo que una moneda debiera tener como capacidad de compra, habla de la situación de emergencia que atraviesa la economía argentina.

Pero no es lo único desopilante: hace unos meses el propio Banco Central de la República Argentina (BCRA) llamó a una compulsa de precios para vender metales, ergo, monedas, que estaban en su poder.

La venta de dichas monedas también estaba dirigida a los mayoristas chatarreros para que paguen por kilo lo que alguna vez tuvo capacidad de compra.

¿Será la inflación? ¿Tal vez la caída de la demanda de dinero? Sea lo que fuere, cuando estas cosas ocurren en la Argentina, y no es la primera vez que pasa, la señal es desde la gente hacia la dirigencia. Reaccionar a tiempo para corregir estas dificultades es una obligación imperiosa de la política. Todos los partidos y dirigentes políticos debieran estar ocupados en ver como ponen de pie y fortalecen la economía nacional.