Es claro que lo que sucedió con los cereales, cuyos valores estuvieron por encima de las proyecciones previas, determinó -en gran parte- que las ventas argentinas al exterior se impusieran a las compras.

Técnicamente esto significa que la balanza comercial generó superávit. Que entraron más dólares a la economía de los que salieron.

Este ingreso de dólares fue una de las herramientas que le permitió al gobierno intervenir en el marcado de cambios y evitar un mayor aumento del precio de la divisa norteamericana.

Las exportaciones alcanzaron a u$s 77.934 millones, con un aumento de 42% contra 2020, año de paralización internacional por la pandemia.

Mientras que las importaciones subieron 49,2% hasta 63.184 millones de dólares. Quizás sería necesario repasar a qué rubros pertenecen esas importaciones.

Si fueron inversiones de capital, que permiten dinamizar las industrias nacionales tiene un sentido, pero si se trató de productos terminados para su venta tiene otro.

Otro dato importante: 2021 tuvo el impulso adicional del alza del precio de los commodities, pero el superávit estuvo 7,7% por debajo de los u$s 15.990 millones que se obtuvieron en 2019.